viernes, 23 de noviembre de 2012

El jugador "bueno"

La idea de este post nació después de leer un artículo en el que el autor se quejaba de que había mucha teoría sobre qué es lo bueno, qué es lo malo, pero nada sobre cómo ser mejor jugador. No entro aquí a comentar el artículo, pero lo recomiendo.

Al igual que a la hora de escribir guiones o ser bateador, para jugar a Diplomacia hay que grabarse una frase: "tolerancia al fracaso".

Cualquier potencia del juego es increíblemente débil si pelea sola y muchas veces, hacer un amigo no está necesariamente en tus manos. En el ajedrez (otro gran juego donde los haya) sólo se enfrentan dos personas, lo que se traduce en que gana el mejor de ellos. Pero cuando son siete los que se sientan a la mesa, la cosa se complica, pues alguien con menos talento, pero más amigos en el mapa, bien puede echarte de la partida.

No es que no existan buenos jugadores demostrados. La existencia de clasificaciones lo ponen de manifiesto. Pero si observas las estadísticas de esos jugadores, verás que rara vez su porcentaje de victorias pasa del 10%. Esto así. Un buen jugador de Diplomacia gana una, empata dos, sobrevive tres y pierde cuatro (y esto el muy bueno). Por otro lado, el mal jugador pierde cuatro, sobrevive tres, empata dos y, quizá, gana alguna.

No, no me he equivocado, lo hice aposta, pero creo que ilustra bien cómo es el juego. Así que, si juegas tu primera partida con Austria y no pasas de 1902, no te deprimas, rara vez un jugador mucho mejor ha conseguido mejores resultados.

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