lunes, 19 de noviembre de 2012

Italia: introducción

Italia es, con diferencia, la potencia menos popular del juego. No es para menos. En las estadísticas, Italia es la potencia que menor índice de victorias. Por otro lado, es la segunda en el que se refiere a tasa de supervivencia y es que Italia es un hueso duro de roer, tanto para sus enemigos como para quien la juega.

El tono de cualquier artículo que encuentres sobre Italia (aperturas, alianzas, etc.) siempre es el mismo: deprimente y frustrante. Lo más optimista que he leído al respecto fue una nota al final de un artículo en el que el autor sugería afrontar el control de Italia como un reto. Es también comentario común el decir que si se es capaz de ganar con Italia se es capaz de ganar con cualquier otra potencia.

Tengo el placer de contarme entre los jugadores que han sido capaces de ganar con Italia y quizá por eso o mejor, precisamente por eso quiero escribir este post introductorio de Italia con optimismo.

Lo cierto es que Italia es el país con menores posibilidades de progresión. A menudo no se pasa de las 4 unidades, pero bueno, dije que escribiría con optimismo.

Italia es mi país favorito, pero por qué. Por su flexibilidad. A veces resulta divertido observar hasta qué punto Allan B. Calhamer consiguió reflejar la idiosincrasia de las distintas pontecias. Desde mi punto de vista, con Italia lo bordó. Italia cambió de bando en las dos guerras mundiales y esa es precisamente una de sus ventajas en el juego. Italia no tiene amigos en Diplomacia, eso es un hecho, pero tampoco tiene enemigos. Para ser más correctos digamos que no es el mejor partido para nadie, y aquellos que querrían verla reducida a cenizas (Austria y Turquía, especialmente) tiene problemas más gordos que atender que preocuparse de cuatro fichas verdes.

No les voy a engañar, jugar Italia es duro, muy duro a veces, pero apasionante. Si alguna vez juegas con Italia (y tienes la paciencia y el estómago necesarios para ir adelante) notarás cómo te posee una especie de esquizofrenia. Tomarás decisiones y siempre querrás cambiar las órdenes una y otra vez. Verás como tu ayuda no le interesa a nadie, pero todos te azuzan para darle problemas a otro. Lo cierto es que no es fácil expresar cómo es jugar con Italia, pero puedo afirmar que es una experiencia única. Es como tener un cuchillo en la garganta de los demás mientras ellos te encañonan, un locura.

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