Ésta es la apertura más popular de Inglaterra. Si vas a jugar con Inglaterra, la verás de entrada como un buen negocio si consigues salvar el escollo del Canal de la Mancha. Por otro lado, si juegas contra Inglaterra, créeme, la usará. Las estadísticas hablan a mí favor. Todavía no he visto a ningún inglés abrir al Canal de la Mancha en 1901 (cosa que siempre me sorprende).
Los movimientos clave de esta apertura son F (Edi)-NWG y F (Lon)-NTH; el ejército tiene varias posibilidades de las que se derivan la variantes de esta apertura. Aunque, evidentemente, siempre hay algún loco que juega A (Lvp)-Wal, lo cierto es que los movimientos correctos para el ejército son dos: Edimburgo o York.
El objetivo de esta apertura es evidente: Noruega. Si Rusia se propone negarte el acceso a Noruega, incluso si Alemania se alía y ataca el Mar del Norte, con esta apertura capturas Noruega. Sólo necesitas ordenar F (NTH)-Nwy; F (NWG) S.
¿Qué hacer con el ejército? Dejando de lado las opciones erróneas, las alternativas son dos, como se ha dicho. ¿Qué diferencias hay? La variante de York es la única que garantiza una construcción. Si Francia mueve al Canal de la Mancha puedes defender el suelo patrio sin comprometer la captura de Noruega. La variante de Edimburgo, por otro lado, permite el convoy con ambas flotas. Está claro que la idea es convoy a través del Mar de Noruega y dejar la flota del Mar del Norte para mediar en la cuestión belga, mantener a Alemania fuera de Dinamarca, defender Londres o apoyar el movimiento a Noruega si Rusia no se porta bien.
Lo cierto es que la variante de York me parece muy superior. En caso de que Francia mueva al Canal de la Macha y Rusia mueva un ejército a San Petesburgo puedes defender Londres y capturar Noruega lo que te asegura la construcción. Evidentemente si ambos sostienen la ofensiva no hay nada que hacer, pero al menos te da tiempo para negociar, involucrar a Alemania o que a Rusia le den problemas en el sur.
sábado, 24 de noviembre de 2012
viernes, 23 de noviembre de 2012
El jugador "bueno"
La idea de este post nació después de leer un artículo en el que el autor se quejaba de que había mucha teoría sobre qué es lo bueno, qué es lo malo, pero nada sobre cómo ser mejor jugador. No entro aquí a comentar el artículo, pero lo recomiendo.
Al igual que a la hora de escribir guiones o ser bateador, para jugar a Diplomacia hay que grabarse una frase: "tolerancia al fracaso".
Cualquier potencia del juego es increíblemente débil si pelea sola y muchas veces, hacer un amigo no está necesariamente en tus manos. En el ajedrez (otro gran juego donde los haya) sólo se enfrentan dos personas, lo que se traduce en que gana el mejor de ellos. Pero cuando son siete los que se sientan a la mesa, la cosa se complica, pues alguien con menos talento, pero más amigos en el mapa, bien puede echarte de la partida.
No es que no existan buenos jugadores demostrados. La existencia de clasificaciones lo ponen de manifiesto. Pero si observas las estadísticas de esos jugadores, verás que rara vez su porcentaje de victorias pasa del 10%. Esto así. Un buen jugador de Diplomacia gana una, empata dos, sobrevive tres y pierde cuatro (y esto el muy bueno). Por otro lado, el mal jugador pierde cuatro, sobrevive tres, empata dos y, quizá, gana alguna.
No, no me he equivocado, lo hice aposta, pero creo que ilustra bien cómo es el juego. Así que, si juegas tu primera partida con Austria y no pasas de 1902, no te deprimas, rara vez un jugador mucho mejor ha conseguido mejores resultados.
Al igual que a la hora de escribir guiones o ser bateador, para jugar a Diplomacia hay que grabarse una frase: "tolerancia al fracaso".
Cualquier potencia del juego es increíblemente débil si pelea sola y muchas veces, hacer un amigo no está necesariamente en tus manos. En el ajedrez (otro gran juego donde los haya) sólo se enfrentan dos personas, lo que se traduce en que gana el mejor de ellos. Pero cuando son siete los que se sientan a la mesa, la cosa se complica, pues alguien con menos talento, pero más amigos en el mapa, bien puede echarte de la partida.
No es que no existan buenos jugadores demostrados. La existencia de clasificaciones lo ponen de manifiesto. Pero si observas las estadísticas de esos jugadores, verás que rara vez su porcentaje de victorias pasa del 10%. Esto así. Un buen jugador de Diplomacia gana una, empata dos, sobrevive tres y pierde cuatro (y esto el muy bueno). Por otro lado, el mal jugador pierde cuatro, sobrevive tres, empata dos y, quizá, gana alguna.
No, no me he equivocado, lo hice aposta, pero creo que ilustra bien cómo es el juego. Así que, si juegas tu primera partida con Austria y no pasas de 1902, no te deprimas, rara vez un jugador mucho mejor ha conseguido mejores resultados.
lunes, 19 de noviembre de 2012
Italia: introducción
Italia es, con diferencia, la potencia menos popular del juego. No es para menos. En las estadísticas, Italia es la potencia que menor índice de victorias. Por otro lado, es la segunda en el que se refiere a tasa de supervivencia y es que Italia es un hueso duro de roer, tanto para sus enemigos como para quien la juega.
El tono de cualquier artículo que encuentres sobre Italia (aperturas, alianzas, etc.) siempre es el mismo: deprimente y frustrante. Lo más optimista que he leído al respecto fue una nota al final de un artículo en el que el autor sugería afrontar el control de Italia como un reto. Es también comentario común el decir que si se es capaz de ganar con Italia se es capaz de ganar con cualquier otra potencia.
Tengo el placer de contarme entre los jugadores que han sido capaces de ganar con Italia y quizá por eso o mejor, precisamente por eso quiero escribir este post introductorio de Italia con optimismo.
Lo cierto es que Italia es el país con menores posibilidades de progresión. A menudo no se pasa de las 4 unidades, pero bueno, dije que escribiría con optimismo.
Italia es mi país favorito, pero por qué. Por su flexibilidad. A veces resulta divertido observar hasta qué punto Allan B. Calhamer consiguió reflejar la idiosincrasia de las distintas pontecias. Desde mi punto de vista, con Italia lo bordó. Italia cambió de bando en las dos guerras mundiales y esa es precisamente una de sus ventajas en el juego. Italia no tiene amigos en Diplomacia, eso es un hecho, pero tampoco tiene enemigos. Para ser más correctos digamos que no es el mejor partido para nadie, y aquellos que querrían verla reducida a cenizas (Austria y Turquía, especialmente) tiene problemas más gordos que atender que preocuparse de cuatro fichas verdes.
No les voy a engañar, jugar Italia es duro, muy duro a veces, pero apasionante. Si alguna vez juegas con Italia (y tienes la paciencia y el estómago necesarios para ir adelante) notarás cómo te posee una especie de esquizofrenia. Tomarás decisiones y siempre querrás cambiar las órdenes una y otra vez. Verás como tu ayuda no le interesa a nadie, pero todos te azuzan para darle problemas a otro. Lo cierto es que no es fácil expresar cómo es jugar con Italia, pero puedo afirmar que es una experiencia única. Es como tener un cuchillo en la garganta de los demás mientras ellos te encañonan, un locura.
El tono de cualquier artículo que encuentres sobre Italia (aperturas, alianzas, etc.) siempre es el mismo: deprimente y frustrante. Lo más optimista que he leído al respecto fue una nota al final de un artículo en el que el autor sugería afrontar el control de Italia como un reto. Es también comentario común el decir que si se es capaz de ganar con Italia se es capaz de ganar con cualquier otra potencia.
Tengo el placer de contarme entre los jugadores que han sido capaces de ganar con Italia y quizá por eso o mejor, precisamente por eso quiero escribir este post introductorio de Italia con optimismo.
Lo cierto es que Italia es el país con menores posibilidades de progresión. A menudo no se pasa de las 4 unidades, pero bueno, dije que escribiría con optimismo.
Italia es mi país favorito, pero por qué. Por su flexibilidad. A veces resulta divertido observar hasta qué punto Allan B. Calhamer consiguió reflejar la idiosincrasia de las distintas pontecias. Desde mi punto de vista, con Italia lo bordó. Italia cambió de bando en las dos guerras mundiales y esa es precisamente una de sus ventajas en el juego. Italia no tiene amigos en Diplomacia, eso es un hecho, pero tampoco tiene enemigos. Para ser más correctos digamos que no es el mejor partido para nadie, y aquellos que querrían verla reducida a cenizas (Austria y Turquía, especialmente) tiene problemas más gordos que atender que preocuparse de cuatro fichas verdes.
No les voy a engañar, jugar Italia es duro, muy duro a veces, pero apasionante. Si alguna vez juegas con Italia (y tienes la paciencia y el estómago necesarios para ir adelante) notarás cómo te posee una especie de esquizofrenia. Tomarás decisiones y siempre querrás cambiar las órdenes una y otra vez. Verás como tu ayuda no le interesa a nadie, pero todos te azuzan para darle problemas a otro. Lo cierto es que no es fácil expresar cómo es jugar con Italia, pero puedo afirmar que es una experiencia única. Es como tener un cuchillo en la garganta de los demás mientras ellos te encañonan, un locura.
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