Perdón por el título chorra, pero no me apetecía otra cosa.
Para evitar malentendidos diré que nada de lo que voy a poner aquí es secreto
y, ciertamente, poco tiene que ver con el aspecto diplomático del juego. Esto
vienen a ser “trucos” para rendir mejor a nivel táctico. No te garantizan ganar
la partida ni mucho menos, pero sí ayudan a vender caro el pellejo y hacer las
cosas difíciles algo más fáciles. Todo lo que sigue lo puede deducir cualquiera
simplemente leyendo las reglas, pero con cierta frecuencia se escapa a los que
empiezan a tomar contacto con el juego.
Anular apoyos. Esto es bastante común y si llevas
jugando tiempo a Diplomacia y no sabes cómo va mejor que busques otro juego más
acorde a tu nivel… un parchís o así. Si lo controlas bien por ti, pero ¿has
probado a llevarlo al extremo? Les dejo algunos ejemplos.
Autoenfrentamiento. Es quizá de los “trucos” el más conocido.
Es bastante humillante, tanto para el que no lo conoce, como para el que lo
acaba de aprender. Según las reglas de
resolución de conflictos, lo que se busca con este pedido de órdenes es
mantener a alguien fuera de un espacio, pero sin que haya interés en ocuparlo
uno mismo. Otra circunstancia en la que resulta útil es cuando se quiere
defender tanto la región de destino como la de la unidad. El problema es que
para chafarnos el plan, el rival solo tiene que apoyar uno de nuestros ataques.
Lo veréis mejor en los ejemplos.
La cobra acuática. Este suele ser una herramienta de poco
uso por lo infrencuente de las circunstancias que la exigen. Aún así, en
vuestras muchas partidas es posible que tal cadena de acontecimientos vean la
luz. Os gustará tener esta opción en vuestro arsenal. Lo que se explota es la
excepción a la regla que impide a dos unidades que se atacan mutuamente
intercambiar las posiciones: el convoy.
Como se ve en el ejemplo. Austria lo tiene muy mal para
salir del atolladero. Puede defender sus centros, pero tan pronto como caiga Albania
(que caerá), el resto se vendrá abajo. Con esos movimientos, Turquía se asegura
que Austria no puede tomar un contraataque en Serbia ni mantener su plaza en
Albania sin sacrificar Budapest o eso creía porque ¡Austria ha terminado
cogiendo Grecia! Insisto, no es lo más frecuente, pero sí es de las más
divertidas.
El fuego amigo es una de las formas más prácticas de salvar
los muebles con pocas unidades. Básicamente aprovecha la regla que impide a las
unidades de una potencia desalojar a otras. Los que de verdad dominan el arte
de anular apoyos sabrán el riesgo que se corre al decidir anular un apoyo
enemigo en lugar de dar apoyo a una unidad amiga. Por supuesto, los jugadores buenos solo lo hacen en los
casos en los que no queda más remedio, pero la principal desventaja de anular
apoyos es que al ser una orden de movimiento, la unidad que anula no puede ser
apoyada para mantener la posición. ¿Qué ocurre cuando necesitamos que esa
unidad anule un apoyo, pero a la vez está en riesgo de ser desalojada por otro
ataque? El fuego amigo puede ser su salvación.
En esta situación en la que Austria (otra vez) va mal, el
problema está en que carece de unidades para defenderse de ambos ataques, en
principio. A lo sumo tendría que elegir entre qué centro salvar. El avance
turco desde Grecia no es casual. Al tratarse de un ataque combinado, corre el
riesgo de que Austria decida no defender y esperar a los desalojos para colarse
en Bulgaria. Por esa razón, Bulgaria debe apoyar, pero podrían existir otras
razones como tiranteces con Rusia, lo que se quiera. Tampoco es necesario que
sea un ataque combinado. Todas las unidades enemigas podrían ser turcas o rusas,
eso da igual. Al atacar Bulgaria, Austria está salvando Serbia, pero ahora
Rumanía no puede ser defendida. Sin embargo, un ataque de fuerza igual al ruso
lo mantendría fuera y Austria puede hacer ese ataque sin problemas y si, por lo
que fuera, el ruso no atacase Rumanía (digamos que le convencimos de que no lo
hiciera), no nos desalojamos por lo que Serbia seguiría ocupada y Grecia no
podría entrar. El ataque debe ser desde Serbia, obviamente, para no perder el
apoyo y que todo se vaya al traste. ¿Resolviste alguna vez tus problemas de una
forma tan original? Lo mejor es que esta situación es más frecuente de lo que
cabría esperar así que habrá ocasión de lucirse, echarse unas risas y acoger
todo el odio que puede emanar de un rival frustrado.
Lo dicho. Nada de esto es secreto ni mucho menos. Lo
único que se necesita es un dominio de las reglas y una visión creativa tanto
de las reglas como de las circunstancias. Buena suerte en vuestras próximas
partidas. Y gracias a Catán por recordarme la existencia de este blog. A ver si con un nivel publicación algo menos ambicioso puedo mantenerlo ;)